11 julio 2011

Secuelas (Y si cuela, cuela), vol. II

Muchos diréis que mucho quejarme de las secuelas y luego voy y caigo yo en lo mismo, que si parezco Tarantino partiendo Kill Bill en dos partes o Peter Jackson con El Hobbit, dividiendo en dos partes lo que se podía contar en una sola. Pues sí, reconozco que razón no os falta, pero yo al menos no os cobro dos veces (bueno, no cobro ni dos ni una, pero se aceptan donaciones). En cualquier caso, aún quedan unos cuantos tipos de franquicias cinematográficas de los que hablar, y que como de costumbre, poco o nada aportan al espectador más allá de un vacío en el bolsillo.





SI ES QUE ESTABA ESCRITO

Hacer una adaptación de una obra escrita, facilita un poco las posibilidades de éxito. Si fue un éxito de ventas, lo más fácil es que el mismo público pase por taquilla para ver su obra favorita en movimiento. Si esas obras ya venían acompañadas de sus propias secuelas de éxito, cómo no se iban a adaptar también. Entre las sagas que dejaron más material adaptable (aunque luego los guionistas improvisaran por su cuenta) podríamos hablar de Tarzán o James Bond, cuyos autores dejaron bastante material escrito. Sin salir de la literatura, luego vendrían que si El señor de los anillos, los Harry Potter (y eso que la amiga Rowling tuvo los santas narices de pasar de la oferta que le hizo Spielberg por los derechos), las Crónicas de Narnia o la fauna colmillera de Crepúsculo. Y eso por no hablar de la saga Millenium, Bridget Jones, Hannibal Lecter o Mr. Ripley. El mundillo de los cómic quizás tardó más en ponerse a la labor, pero llevan un ritmo imparable y raro es el personaje dibujado que no tiene ya su propia franquicia: Batman, Spiderman, Superman, Hulk, Conan, Iron Man, Asterix, Hellboy, Los 4 fantásticos... y lo que queda por venir.


EL ESPÍRITU OLÍMPICO

Son las que suelen englobar mayormente cine de acción. Si la primera funcionó en taquilla, lo que tienen que hacer las continuaciones es interpretar a su manera el lema olímpico "más rápido, más alto, más fuerte" añadiendo más malos, más explosiones, más de todo lo imaginable. Y ya está, el guión sigue siendo lo de menos. Michael Bay lo viene explotando (y no va con doble sentido) con los Transformers junto a su socio Spielberg que hace lo propio con Parque jurásico. En este juego entra todo lo imaginable, desde las arte marciales de Ong Bak, las carreras ilegales de Fast & Furious, los robos imposibles de Ocean's o la imaginación que tiene la de la guadaña en Destino final. Pero las que realmente abusan de la fórmula son las llamadas buddy movies, películas donde la amistad de los protagonistas marcan el tono de la trama. Para muestra, ahí quedan las Arma letal, Hora punta, Dos policías rebeldes, Límite 48 horas o Superdetective en Hollywood. La más reciente de este tipo: Resacón en Las Vegas. Si algo tienen en común es subir la dosis.

ÉXITOS INESPERADOS

Películas normalitas, sin altas pretensiones, de repente sorprenden y revientan la taquilla o simplemente multilplican por varios ceros lo que costó producirlas. Demasiado goloso como para no aprovechar el potencial y exprimir la idea. A veces llegan acompañadas por varios nombres relevantes y el camino se les pone más fácil, como Los padres de ella, Una terapia peligrosa o Falsas apariencias. Otras, las tramas tontorronas tienen algo que cala en el espectador, a veces algo tan simple como que sean ligeramente mejores a la media, como Sister Act, Jeeper Creepers, Species, Mira quién habla o Miss agente especial. Fuera de Hollywood, como alguna cinta salte la banca en su país y el éxito continúe fuera de sus fronteras, lo tiene todo para entrar en tan selecto club. Bien lo saben en Francia (Los visitantes no nacieron ayer), Australia (Cocodrilo Dundee), Holanda (Los Flodder, Una familia tronada) y hasta Sudáfrica (Los dioses deben estar locos). Por supuesto, la calidad de las secuelas es lo de menos.


CUALQUIER PARECIDO CON LA ORIGINAL ES PURA COINCIDENCIA

De acuerdo, en este grupo cabrían la mayoría de las destacadas en otros grupos, pero me quiero centrar un poco en las que por distintos motivos se pasan por el forro el "espíritu" de sus predecesoras. Matrix por ejemplo mantuvo la línea, pero se enredó en unas paranoias filosófico-flipadas que no había un dios que siguiera. Si buscas en la wikipedia "paja mental" te salta el discurso del arquitecto de Matrix en formato bucle. Las dos primera partes de Solo en casa entrarían en el grupo de las que repitieron fórmula idéntica, pero es que después llegaron dos entregas en las que no repetía nadie del equipo, y esa dirección es bastante utilizada. Men in Black y Mi chica reinventaron la historia para darle continuidad, en Speed repitió Sandra Bullock, ¡pero nada más! Cube o Teen Wolf repitieron título, pero no había ningún nombre propio que uniese ambas historias, y Tiburón vino a hacer más de lo mismo. El colmo puede ser Holocausto caníbal, que sin tener nada, pero nada, en común con la original, se intentó vender internacionalmente con ese título para aprovechar el tirón. Casos flagrantes son esas pequeñas producciones que arrasaron en taquilla y se hicieron continuaciones sin ningún respeto a la original. Paranormal Activity, La bruja de Blair o [Rec] dan buena cuenta de ello. Pero el caso más hiriente de todos es lo que hace Disney. Da por hecho que los niños son imbéciles y lanza cutresecuelas de sus éxitos directamente en DVD sabiendo de sobra que no tiene ninguna calidad, para que los padres se gasten la pasta y los niños observen atontados repeticiones de El rey león, La sirenita, Tarzán y cualquiera que haya hecho dinero en el cine.


DIRECTAMENTE ABERRACIONES

Que sí, que la inmensa mayoría tienen como objetivo llenarse el bolsillo sin más miramientos, pero algunos casos son altamente sangrantes. Si en el primer grupo hablaba de grandes secuelas, algunas incluso mejores que las originales, éstas entrarían en el extremo contrario, en un punto donde la justicia debería meter en la cárcel a sus creadores. No sé que haría Anthony Perkins para lograr filmar tres secuelas de Psicosis sin que los herederos de Hitchcock le lapidaran. Otras cintas del género como El exorcista o La profecía también vieron intentos horribles de continuación. Grandes éxitos como Grease, Depredador, El planeta de los simios, Aterriza como puedas, Babe el cerdito valiente, El cuervo o Abierto hasta el amanecer conocieron secuelas insufribles. Hasta los Gremlins, Cazafantasmas y Los inmortales vieron como mancillaban su memoria. Otra cosa es que ya no te tomaras en serio ni la primera y así, lo que viniera después tampoco te importará demasiado. Porky's o American Pie son buenos ejemplos dentro del género hormonas desatadas por donde también pasaron cintas artisticamente más pretenciosas como Emmanuelle, o el festival de la mamella que se montó Russ Meyer con Vixen, Supervixens y Megavixens.


Y POR SUPUESTO, EL PRODUCTO PATRIO

Los que hayais llegado leyendo hasta aquí, igual esperábais encontrar al personaje de la foto en uno o varios de los grupos anteriores. El problema es que como he tratado de no repetir títulos y el amiguete entraba en casi todos los negativos, casi mejor encuadrarle en el grupo donde se sentirá más cómodo: el cine ibérico. La más antigua que me viene a la cabeza (y puede que la más simpática) es La gran familia, que vería dos continuaciones en el cine y una más televisiva. En los 80 vendría la trilogía de La escopeta nacional, y los ambientes canallas de El pico, El crack y Perros callejeros. Hasta el Lute tuvo su ración, y siguiendo con malhechores, Makinavaja saltó del comic a la tele, al teatro y al cine en dos ocasiones. Santiaguete repitió cutrerío con Isi/Disi. Entre Javier Fesser y Miguel Bardem destrozaron la imagen que teníamos de Mortadelo y Filemón, y hasta el éxito inesperado de El otro lado de la cama tuvo su continuación.

Ante tal avalancha de secuelas y teniendo en cuenta lo poco aprovechables que son en general, me parece que es hora de dejar de consumirlas. Por lo menos pagando. Porque desde luego, si alguien tiene la culpa de que estas plagas sigan apareciendo, somos los que pasamos por taquilla y les hacemos pensar que nos ha gustado lo que hemos visto o que volveríamos a pagar por ver lo mismo, y así les damos la excusa perfecta para hacerlo. Y yo creo que ya está bien, ¿no?

Por cierto, ¿habéis echado alguna de menos en algún grupo?

2 comentarios:

  1. De aquí a la columna de crítica de cine de algun periódico...o de la tele...o de la radio...qué verborrea Dios, qué buen uso de la gramática, de la expresión escrita, de la redacción...genial.

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  2. Hala, exagerada. Pero gracias de todas formas.

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