24 febrero 2014

OSCARS 2014 (II): MEJOR ACTOR SECUNDARIO



MEJOR  ACTOR SECUNDARIO



Pase lo que pase el próximo 2 de marzo en la ceremonia de entrega de los Oscar, lo que es inevitable en esta categoría es que un nuevo nombre propio pasará a formar parte de esa selecta élite que sabe lo que se siente por tener una estatuilla en el rincón favorito de su casa. Tres de los candidatos optan al premio por primera vez y los dos repetidores, ambos por segunda ocasión, tienen tan reciente su primera experiencia que prácticamente pueden considerar esta nueva oportunidad como un examen de recuperación. Se da la curiosa coincidencia de que el quinteto está compuesto por personajes, en mayor o menor medida, basados en personas de carne y hueso, como así atestiguan las novelas, memorias o artículos de investigación que inspiraron sus respectivas películas.

Si en la categoría de actor principal el perfil del ganador suele obedecer a un tono serio y dramático, las opciones como secundario abarcan todos los frentes: del drama a la comedia, del actor de reparto que muestra una gran química con su protagonista hasta el que acapara los mejores momentos de la cinta, de héroes a villanos. Su gran virtud es que todos los personajes tienen sus opciones. Su gran defecto, que a veces resultan ganadores actores que una vez en su vida estuvieron inspirados y que en poco tiempo desaparecen de cualquier objeto parecido a una alfombra roja. Este año se barajan la revelación amateur, las confirmaciones de estrellas emergentes, el reconocimiento a la variedad de registros y, como gran favorito, la vuelta al redil de la oveja descarriada.




(1ª nominación)


Este hombre tiene que estar alucinando. Lo único que tiene en común con el personaje por el que ha conseguido fama y reconocimiento es haber nacido en Somalia, donde vivió hasta los siete años. Después, huyendo de la guerra civil de su país, su familia se mudó temporalmente a Yemen para siete años después asentarse definitivamente en Minnesota. Hasta hace apenas un año, el bueno de Barkhad se ganaba allí la vida como conductor de limusinas, hasta que un día alguien le vio y le ofreció un papel de antagonista de Tom Hanks en una película dirigida por Paul Greengrass. Casi nada. 

Lo mejor de todo es que no tenía experiencia previa en el mundo de la interpretación ni ninguna intención de dedicarse al mundo del espectáculo. Desde luego, si alguien se merece un premio es el avispado ojeador que vio en él el potencial que ahora están reconociendo las principales entregas de premios, por su personaje de líder de unos piratas somalíes que asaltan un carguero norteamericano capitaneado por el personaje del título, buscando secuestrar a la tripulación para conseguir un rescate, recreando una historia real. Su personaje, de mirada intimidatoria y carácter resolutivo, pero también con humanidad e inocencia, logra describir a la perfección el mensaje del filme.

A FAVOR: Podría decirse que es la gran revelación del año. Tiene el precedente de hace 30 años, cuando en circunstancias muy similares, Haing S. Ngor (médico camboyano exiliado en Estados Unidos sin ninguna experiencia artística) se alzó con la estatuilla por Los gritos del silencio. Aparte de la cuota de amigos que Tom Hanks tiene en la Academia y que pueden apoyar su candidatura, si algo abunda en los últimos años en este premio son precisamente los villanos.
EN CONTRA: Pese a que su nombre ha estado presente en los premios más importantes del año, los pocos en los que ha logrado galardones han sido de un sector de la crítica muy modesto, decantándose los demás por el gran favorito. Su película tampoco ha aterrizado con demasiada fuerza en esta edición de los Oscars. Además, no deja de ser un novato que con la nominación ya tiene suficiente reconocimiento.

Ganador: BAFTA, Londres, Indiana.
Finalista: SAG, Globo de Oro, Critics' Choice, NSFC, Chicago, Boston, Crítica Online, Dallas, San Francisco, St. Louis, Ohio, Detroit, Houston, Iowa, Georgia, Denver, North Carolina, Chicago*.
*Como mejor actor revelación.


  (2ª nominación/ 0 Oscars)


Habitualmente ubicado en papeles que resaltan su imagen de guaperas, después de ver las pintas que luce en la película de David O. Russell no parece que sea algo que le preocupe especialmente. Así lo atestiguaban el breve segmento de New York, I Love You, donde tenía un momento romántico con Drea de Matteo, o el personaje que le lanzó a la fama en la hasta ahora trilogía Resacón, aunque ahí tenía fácil destacar físicamente teniendo a ambos lados a Ed Helms y Zach Galifianakis. Hasta pasó de refilón por la comedia romántica con cintas como Loca obsesión, junto a Sandra Bullock. ¡Quién iba a pensar entonces, ante semejante tostón, que cuatro años después iban a estar ambos nominados por segunda vez!

 El año pasado, sin salirse del todo de ese perfil de sex symbol, consiguió su primera nominación por El lado bueno de las cosas aportando traumas psicológicos post-divorcio a un personaje que sí, se movía en el terreno de la comedia romántica al uso, aunque el tono de la cinta mostrara tendencia al drama y a la amargura. Este año, además de rendir visita a sus colegas de juergas amnésicas por tercera ocasión, le hemos podido ver en dos personajes parecidos pero con trayectorias contrarias. Mientras en Cruce de caminos encarnaba a un policía convertido en héroe de la noche a la mañana, en La gran estafa americana funciona un poco a la inversa, interpretando a un motivado agente del FBI a la caza de políticos corruptos que se vincula, profesional y emocionalmente, a una encantadora timadora y su socio.

A FAVOR: Su película es una de las que llega fuertes a la gala y, teniendo a un representante en cada categoría interpretativa, no parece descabellado pensar que uno o más de ellos acaben la noche paseando una estatuilla dorada por las fiestas privadas de Los Ángeles. Dado que los secundarios son de los primeros premios en entregarse, si lo vemos subir al escenario sabremos hacia dónde se decanta la velada.
EN CONTRA: No haber sido ni siquiera nominado para los SAG, los premios del sindicato de actores, donde sí estuvieron los ausentes Daniel Brühl y a modo póstumo James Gandolfini, le colocan un poco a la misma altura: labor reconocida pero sin favoritismos. En las pocas ceremonias donde ha aparecido no ha conseguido ningún premio.

Finalista: Globo de Oro, BAFTA, Critics' Choice, Satellite, Georgia.
 




Nacido en Alemania y criado en Irlanda, su debut en televisión fue por la puerta grande en la aclamada serie bélica Hermanos de Sangre, producida en 2001 por Steven Spielberg y Tom Hanks. Tendrían que pasar cinco años para su salto a la pantalla grande luciendo abdominales al estilo espartano en 300. Dos años después, en 2008, protagoniza Hunger, debut del director Steve McQueen, dando vida a Bobby Sands, activista condenado del IRA que se sometió a una huelga de hambre en 1981 como protesta por las políticas penitenciarias. Pero tuvo que ser Quentin Tarantino el encargado de poner a un actor con talento en el escaparate mundial, dándole el papel de teniente británico que se une a los Malditos bastardos. Como consecuencia, 2011 fue el año donde explotó todo su potencial en producciones de todo tipo: dramas de época (Jane Eyre o Un método peligroso), thriller (Indomable), acción palomitera (X-Men: Primera generación) y drama de alto contenido erótico, de nuevo bajo la dirección de McQueen, en Shame

Por este papel recibió las mejores críticas y el mayor número de reconocimientos de su carrera, pese a que los académicos de Hollywood, quizás por su habitual mojigatería, no se atrevieron siquiera a nominarle. Ya instalado en primera línea, ha hecho doblete con Ridley Scott (El consejero y Prometheus, de la que se le espera en su secuela) y ha repetido por tercera vez con el director que le ha traído por primera vez al Dolby Theater, interpretando al cruel dueño de una plantación, con fuertes convicciones religiosas y carácter obsesivo.

A FAVOR: A día de hoy, su película parece favorita a varios de los principales premios de la gala. A juzgar por su trayectoria reciente es uno de los actores del momento y no sería extraño que la Academia se lo quisiera reconocer en forma de galardón.
EN CONTRA: Todos los premios grandes de la temporada tienen un solo nombre, y no es el suyo. Es cierto que ha estado presente en todos ellos, pero a la hora de la verdad, el huracán Leto los ha barrido de las plantaciones de Nueva Orleans hacia Dallas.

Ganador: Crítica Online, Kansas, Iowa, Georgia, North Carolina.
Finalista: SAG, Globo de Oro, BAFTA, Critics' Choice, Independent Spirit, Satellite, Chicago, Dallas, Southeastern, Washington, San Francisco, St. Louis, Londres*, Florida, Toronto, Ohio, Utah, San Diego, Phoenix, Houston, Denver.
*También como mejor actor británico.


 (2ª nominación/ 0 Oscars)

Parece que Jonah le ha cogido el gusto a esto de ser nominado a los Oscar, tras su paso hace dos años por la gala con Moneyball, donde interpretaba al asistente económico de Brad Pitt en su lucha por hacer competitivo un equipo en cuyas posibilidades pocos confiaban. Un poco como el camino que está recorriendo en su filmografía. Tras su paso por películas comerciales como Supersalidos, Lío embarazoso o Todo sobre mi desmadre, todas con el sello de la factoría Apatow, parecía que nunca iba a salir de ese perfil de personaje graciosete de comedia gamberra. Y para una vez que se pone serio y demuestra que tiene varios registros, va y consigue ser nominado en las principales entregas de premios. Pudiera parecer un punto de inflexión en su carrera y un giro en sus papeles escogidos, pero no, Jonah se siente cómodo en los papeles excesivos y no ha tenido ningún pudor en volver a ellos, como demuestra lo que ha rodado en estos dos últimos años: Infiltrados en clase, Los amos del barrio y Juerga hasta el fin.

 Eso sí, puestos a desmadrarse, no es lo mismo rodar con cualquiera que con Martin Scorsese, aunque eso suponga reducir tu caché al mínimo para ponerte a sus órdenes, si a cambio consigues destacar interpretando a un broker insaciable, politoxicómano y adicto al sexo. Una especie de pervertido Pepito Grillo del personaje de Leonardo DiCaprio, solo que en lugar de darle consejos, potencia todos sus peores vicios.

A FAVOR: Dos nominaciones en tres años se puede interpretar como que los académicos con derecho a voto ya le han cogido la matrícula y le consideran un valor al alza. Si hubiera una categoría a la mejor pareja del año, con seguridad estaría también nominado junto a Leonardo DiCaprio. Por las mismas, las opciones de uno pueden ir ligadas a las del otro, y a Leo ya le va tocando.
EN CONTRA: Como el propio actor reconoce, que Marty te filme a cámara lenta esnifando cocaína es el sueño de todo actor. Seguro que con eso se da por recompensado y no se hace falsas ilusiones. Apenas ha recibido cuatro menciones entre la crítica menos destacada, y al igual que Bradley, su lugar en esta categoría bien lo podría haber ocupado alguno de los que se quedaron fuera en la votación final.

Finalista: Dallas, Ohio, Georgia, North Carolina.


(1ª nominación)

Jared tiene dos facetas artísticas muy marcadas. Por una lado está la musical, liderando el grupo 30 seconds to Mars ha publicado cuatro discos que han tenido una buena acogida dentro del circuito alternativo. Por otro está la interpretación, donde ha tenido la mala suerte de participar en películas que de una forma u otra no terminaron de funcionar, y Hollywood es implacable con los fracasos individuales. Con La delgada línea roja y El club de la lucha se dejó ver la cara en papeles breves, pero a las órdenes de directores de la talla de Terrence Malick y David Fincher. Después llegaría American Psycho junto al también nominado este año Christian Bale, donde a ritmo de Hip to be Square de Huey Lewis and the News sufría las iras de Patrick Bateman. Al menos ese año realizó el que posiblemente fuera su papel más destacado hasta la fecha: el adicto a la heroína Harry Goldfarb de Réquiem por un sueño. Su siguiente trabajo relevante le llevó a trabajar de nuevo con Fincher en La habitación del pánico, esta vez como miembro de una desorganizada banda de ladrones que se ven superados por Jodie Foster y Kristen Stewart

Y entonces llegó Alejandro Magno, de Oliver Stone, y su carrera y la de Colin Farrell estuvieron a punto de irse por el desagüe. Más tarde tuvo que rechazar trabajar con Clint Eastwood en Banderas de nuestros padres por compromisos previos con su banda, aunque visto el resultado de la película, su ojo con los guiones seguía sin atinar del todo. Aunque en los últimos años ha estado más centrado en la música que en el cine, su regreso en 2013 tras cuatro años de ausencia ha sido por todo lo alto. Su papel de transexual seropositivo en busca de tratamientos alternativos le ha dado un éxito inesperado a estas alturas de su carrera.

A FAVOR: Al igual que Cate Blanchett, su nombre ha sido una constante a la hora de abrir los sobres de los ganadores en prácticamente todas las entregas de premios del año. No solo ha recibido las mejores críticas de su carrera, sino las mejores del año. Es el gran favorito sin ninguna duda y cualquier otra alternativa sería una sorpresa.
EN CONTRA: Que 12 Años de esclavitud o La gran estafa americana, las grandes favoritas al gran premio, se hinchen a acaparar estatuillas y arrastren a sus candidatos en esta categoría por inercia de voto.
Ganador: SAG, Globo de Oro, Critics' Choice, Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Dallas, Southeastern, Las Vegas, Washington, Nueva York Online, St. Louis, Florida, Toronto, Oklahoma, San Diego, Detroit, Phoenix, Houston, Austin, Denver, Boston Online, Nevada.
Finalista: Independent Spirit, NSFC, Satellite, Boston, Crítica Online, San Francisco, Londres, Ohio, Iowa, Georgia, North Carolina.

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