21 febrero 2015

OSCARS 2015 (IV): MEJOR ACTOR


MEJOR  ACTOR


Una cosa es segura. Sea quien sea el actor que resulte ganador este año, su nombre quedará escrito por primera vez en el palmarés de los Oscars. Lo habitual es que siempre haya alguien en cada categoría que ya sepa lo que se siente al escuchar su nombre tras abrir el sobre de turno, pero este año lo más parecido es la tercera convocatoria de Bradley Cooper, aún sin resultar premiado. Este año, la Academia dispone de una gran variedad de interpretaciones para elegir a un nuevo ilustre ganador, que incluyen la crónica negra deportiva de Estados Unidos, la investigación que cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial, una leyenda militar de la guerra de Irak, la búsqueda del resurgir creativo y el reencuentro con la gloria perdida, o un pedazo de la vida del hombre que desafió a la medicina para divulgar impresionantes descubrimientos científicos. Y si alguno hubiera flojeado en su campaña por conseguir una nominación, Jake Gyllenhaal (Nightcrawler), Ralph Fiennes (El gran hotel Budapest) y David Oyelowo (Selma) estaban al acecho para haber ocupado su sitio.




(1ª nominación)

El repaso a la trayectoria de Steve se podría hacer a través de tres de sus títulos. Como Dios. Os ai añadimos una tilde y ampliamos, Cómo Dios le vino a ver. A pesar de haber hecho su debut cinematográfico en 1991 en un breve papel en La pequeña pícara, llevaba tiempo formándose en The Second City, escuela de teatro de improvisación por donde ha pasado la plana mayor de los cómicos americanos, tanto en su sede de Chicago como en Toronto. Aquí aún no le conocíamos, pero en su país llevaba varios años participando en programas de entretenimiento y late nights con los que fue forjando su vis cómica. Pero fue gracias a una delirante escena en la película protagonizada por Jim Carrey donde se ganó durante cinco minutos todas las miradas. En alguna ocasión ha mencionado que pensó que su paso por la película se iba a quedar en la sala de montaje, pero fue más bien al contrario. Cuando los productores decidieron hacer una secuela llamada Sigo como Dios, el elegido para protagonizarla fue él.

Virgen a los 40, o cómo alcanzar el éxito mundial cumplida esa cifra. Si bien es cierto que tras ese ‘semidebut’ vinieron otras cintas como El reportero, Melinda y Melinda o Embrujada, fue gracias a la cinta coescrita con el director Judd Apatow, en la que sufre una dolorosa depilación real, sin prótesis ni maquillajes adicionales, la que le aupó definitivamente a primera fila del género con su éxito sorpresa en taquilla. Esto le llevó a protagonizar cintas del corte de Superagente 86 de película, Noche loca o La cena, remake americano de La cena de los idiotas, guion que le venía hecho a medida.


Gru. Mi villano favorito. Aunque aquí la conozcamos con el doblaje de Florentino Fernández, suya es la voz original interpretando, aunque en clave de comedia animada, a lo más parecido a un villano que le habíamos visto. Su papel de director de una oficina en la versión estadounidense de The Office podría considerarse de alguna forma como el malo ante sus empleados, pero resultaba tan incompetente y patético que no se le podía tomar en serio dentro del clima cómico de la serie. Pero no siempre ha sido así. Steve ha sorprendido tanto o más cuando ha cambiado el registro y se ha puesto serio. En El camino de vuelta no llegaba a ser malvado pero conseguía ser odioso, y en Pequeña Miss Sunshine nos pilló a todos con el pie cambiado con su personaje que, tras sobrevivir a un intento de suicidio, acaba pasando un fin de semana a bordo de una furgoneta donde entre todos los traumas de su peculiar familia resultaba ser el más cuerdo. Con Foxcatcher ha vuelto a sorprender, y de qué manera. Esta vez sí que ha llegado al extremo más alejado de lo que le hayamos visto con anterioridad. Bajo una capa de maquillaje que le deja casi irreconocible, lo realmente increíble es la forma de hablar, mirar y moverse de este resentido millonario caprichoso que decide patrocinar al equipo olímpico de lucha en sus instalaciones, cuyo carácter impredecible provoca un ambiente de constante tensión.

A FAVOR: Su interpretación sorprende sobre todo por el cambio de registro tan radical de un actor que nos tiene acostumbrado al humor físico. Más allá de la ayuda del maquillaje, el lenguaje corporal que emplea hace que te olvides por completo de toda su trayectoria anterior. Las transformaciones físicas suelen estar valoradas de cara a los premios y la suya es de las más impactantes de los últimos años.
EN CONTRA: Este año el premio está muy caro y el factor físico también lo suma el principal favorito. Sorprendentemente no ha ganado ningún premio por este papel, y aunque resulta injusto, es buen indicativo de que la tendencia no va a cambiar a estas alturas.

 Ganador: Gotham*.
Finalista: SAG, Globo de Oro (drama), Satellite, BAFTA**.  
* Como mejor reparto, compartido con Channing Tatum y Mark Ruffalo.
** Como mejor actor secundario. 


Era cuestión de tiempo que Benedict fuera llamado a desfilar por los premios más destacados de la industria. Como actor ha sido uno de los grandes descubrimientos de la década. Ahora que es una celebridad es fácil reconocerle al revisionar películas como Expiación. Más allá de la pasión, Las hermanas Bolena, El topo o War Horse (Caballo de batalla), pero lo cierto es que lleva más de una década trabajando también en televisión, radio y teatro, donde en 2012 incluso ganó el prestigioso premio Laurence Olivier (el más alto galardón de los escenarios británicos) por protagonizar Frankenstein según la adaptación de Danny Boyle. Un galardón compartido con su compañero de reparto Jonny Lee Miller, a quien le une un icono de la literatura universal actualizada a nuestros días, a Benedict en Londres, a Jonny Lee en Nueva York en Elementary.

Su imponente presencia, sus rasgos felinos, su mirada penetrante y su profunda voz hicieron de él un perfecto Sherlock Holmes en la serie británica en la que Martin Freeman funcionaba a su altura como un más que correcto Watson. Aunque ha seguido haciendo papeles secundarios en cintas corales como Agosto o 12 años de esclavitud, la popularidad adquirida por interpretar al famoso detective le ha llevado a encarnar a un temible adversario para la tripulación del USS Enterprise en Star Trek. En la oscuridad y a prestar su voz al dragón Smaug y al nigromante en las dos últimas entregas de El Hobbit. Y le ha debido gustar la experiencia, porque su futuro inmediato pasa por moverse en los mismos registros. Está confirmado para interpretar al Doctor Extraño en la adaptación de dicho cómic y pondrá su voz al tigre Shere Khan en la versión que Andy Serkis está preparando sobre El libro de la selva.

Pero si hay algo que está destacando de su hasta ahora breve filmografía es su capacidad para interpretar a personajes reales. En 2004 se adelantó a su compañero de nominación Eddie Redmayne reviviendo los años universitarios del famoso científico en el telefilm Hawking. En 2013 protagonizó El quinto poder, recreando el nacimiento de Wikileaks y poniéndose en la piel del controvertido Julian Assange. Un año después ha sido nominado por primera vez por interpretar a Alan Turing, genio de las matemáticas y padre de la informática, que en los años de la Segunda Guerra Mundial trabajó en secreto para el gobierno británico tratando de descifrar la máquina con la que el ejército nazi se pasaba información codificada, teniendo que ocultar su orientación sexual por las duras leyes que en su época acabaron destruyéndole.

A FAVOR: Si hay una película que en forma y contenido se adapte a los gustos clásicos de la Academia es esta. Narra un hecho de gran relevancia histórica y Benedict es la cabeza visible del proyecto. Es uno de los actores emergentes que está consiguiendo gran reconocimiento en poco tiempo y pueden querer premiarlo.
EN CONTRA: Ante una competencia muy dura llega sin avales en forma de premios y encima el supuesto voto británico parece tener otro favorito distinto. Eligió un año muy disputado para estar nominado.

Finalista: SAG, BAFTA, Globo de Oro (drama), Critics' Choice, BIFA, Satellite, Chicago, Dallas, Londres**, San Francisco, Washington, St. Louis, Utah, Iowa, Detroit, Phoenix, Houston, Ohio*. 
* Como actor del año
** También como mejor actor británico

(3ª nominación/ 0 Oscars)

Si hablamos de actor revelación, Bradley tiene algo que decir al respecto. Con un físico idóneo para protagonizar comedias románticas, no es extraño que el Oscar haya sucumbido a sus encantos interpretativos. Hace apenas seis años era prácticamente un desconocido y en los últimos tres va a nominación por año. Éste incluso por partida doble, al ejercer además como productor de la cinta dirigida por Clint Eastwood. Había debutado una década antes y durante los primeros años de su carrera participó en distintas series de televisión (se estrenó en Sexo en Nueva York y tuvo un papel importante en las primeras temporadas de Alias). Su cara se dejó ver por cintas más o menos comerciales del calibre de De boda en boda, Novia por contrato, Di que sí o la coral New York, I Love You, donde protagonizaba un encuentro romántico con Drea de Matteo a bordo de un taxi. Hasta 2009, punto de inflexión de su carrera. ¿Se puede ganar un Razzie y lanzar una carrera exitosa en el mismo año? Bradley es el ejemplo y Sandra Bullock su máxima expresión.

Por Loca obsesión compartió con Sandra (la víspera de recibir un Oscar por su trabajo en The Blind Side) el dudoso honor de ser elegidos la peor pareja del año según la asociación que entrega los conocidos como anti-Oscar. Pero a su vez reventó la taquilla con la despedida de soltero más salvaje que se recuerda en Resacón en Las Vegas, por la que alcanzaron gran popularidad tanto Bradley como Zach Galifianakis. Tal éxito le llevó a protagonizar dos secuelas y la adaptación al cine de El equipo A, pero también a producciones más serias como Cruce de caminos o Sin límites, donde rodó por primera vez con su admirado Robert De Niro.

La segunda vez que coincidieron supuso una nominación para cada uno por El lado bueno de las cosas. Bradley interpretaba a su bipolar hijo que encuentra a su alma gemela en la forma de Jennifer Lawrence, a la larga única galardonada del reparto. Otro de sus ídolos, Daniel Day-Lewis, se vistió de Abraham Lincoln para impedirle conseguir la estatuilla. Al año siguiente volvieron a la gala Bradley, Jennifer y el director David O. Russell por La gran estafa americana, esta vez como agente del FBI que presiona a unos timadores para que le ayuden a destapar un caso de corrupción. Y en esta ocasión la peluca le quedaba mejor a Jared Leto y le volvió a dejar con la miel en los labios. Este año vuelve a intentarlo por tercera vez, dirigido por Clint Eastwood y poniéndose en la piel del francotirador del título, un soldado real llamado Chris Kyle, combatiente en la guerra de Irak y convertido en leyenda por su capacidad letal. Papel para el que ganó peso y músculo consiguiendo una presencia realmente imponente en el campo de batalla.

A FAVOR: Llega avalado por una institución en la Academia de la talla de Clint Eastwood, con los votos que ello arrastra. Si la vieja guardia quiere darle algún premio importante a su película, esta sería de sus mejores opciones.
EN CONTRA: Por mucho Clint que haya detrás de la producción, la película estaba pasando bastante desapercibida en la temporada de premios y ha parecido surgir a última hora. Y rodeada de polémica, con lo poco que le gusta tocar esos palos a la Academia. A juzgar por los precursores, Bradley parece ocupar la butaca indecisa que bien podría haber sido para Gyllenhaal o Fiennes.

Ganador: Denver, Critic's Choice*.
Finalista: Phoenix.
*Como mejor actor en película de acción.



Si digo que se trata de un actor que tuvo su momento de gloria al interpretar a un superhéroe de cómic en una saga de películas, que no supo gestionar un éxito temporal y nunca volvió a estar a su altura en el resto de su trayectoria, y que ahora tiene una ocasión, quién sabe si la última, de redimirse y demostrar al mundo que sigue estando muy vivo, podría estar hablando de Michael Keaton o de Riggan Thomson, su personaje en Birdman. Las similitudes entre persona y personaje son tan evidentes que el propio director de la película, Alejandro González Iñárritu, ha salido al paso para negar que el guion estuviera inspirado de alguna manera en la vida de Keaton. Será fruto de la casualidad, pero en este caso realidad y ficción van de la mano.

Michael, Douglas de nacimiento pero Keaton de artístico en honor a Buster y porque ya existía un actor conocido con su verdadero apellido, comenzó participando en capítulos aislados en series de televisión y comedias de escasa repercusión fuera de Estados Unidos. Su verdadero salto a la fama fue Bitelchus, película que en su momento les descubrió a él y a Tim Burton (y a Alec Baldwin, pero esa es otra historia) para el gran público y que significaría la primera de tres colaboraciones entre actor y director. Si ahora ha habido revuelo por la elección de Ben Affleck para interpretar al caballero oscuro, Tim Burton tuvo que pelear a fondo con ejecutivos, productores y fans para que aceptaran a Michael como protagonista de Batman. Conocido como actor cómico y con un físico alejado de lo que se le supone a Bruce Wayne, la gente se temía un resultado más próximo a las versiones de Adam West que a algo serio. El resultado fue un éxito en su momento y ambos repitieron en Batman vuelve. Su carrera estaba en su punto álgido. Lo que quizás nadie esperaba es que el descenso fuera a ser tan inclinado.

Es difícil destacar algún personaje suyo desde entonces, y eso que han pasado 23 años. Participó en películas conocidas como Jackie Brown o Mucho ruido y pocas nueces en papeles menores y protagonizó cintas como Detrás de la noticia o Mis dobles, mi mujer y yo, donde interactuaba con cuatro personalidades distintas, pero no sirvieron para evitar que su presencia se fuera apagando poco a poco. Lo escaso que se puede destacar en lo que llevamos de década lo ha concentrado todo en 2014, participando en papeles secundarios en las palomiteras Robocop y Need for Speed, sin que ninguna de ellas vaya a dejar huella, y en la cinta que por primera vez le ha proporcionado algunos de los principales premios del año y le ha permitido optar al más famoso de todos. El fondo del personaje ya hemos mencionado que tiene mucho de autobiográfico, a lo que agrega una conciencia plagada de inseguridades, egos, vanidades y últimas esperanzas esperando alcanzar un éxito con el que remontar el vuelo o morir artísticamente en el intento.
A FAVOR: Los premios de crítica y profesionales se han encargado de señalarle como uno de los actores del año. Llega muy bien arropado por una película que se postula como favorita para el premio principal, por lo que este galardón podría formar parte de su victoria. Más de un votante se verá reflejado en las vicisitudes de su personaje. Y además, les encanta premiar este tipo de 'resurrecciones'.
EN CONTRA: Aunque no es irreversible, ahora mismo no parte como favorito porque ha perdido los premios más importantes. La cosa estará muy igualada y tendrá sus opciones, pero a día de hoy Eddie le saca una ligera ventaja. Para resucitar, antes tendría que haber estado realmente vivo. En este sentido, su caso se parece mucho al de Mickey Rourke en 2008.

Ganador: Globo de Oro (comedia), Critics' Choice*, Independent Spirit, NBR, Gotham, Satellite, Chicago, Boston, Crítica Online, Kansas, Dallas, Southeastern, San Francisco, Londres, Washington, Las Vegas, Florida, Utah, Oklahoma, Iowa, Detroit, Phoenix, North Carolina.
Finalista: SAG, BAFTA, Los Angeles, St. Louis, Ohio, San Diego, Houston, Denver, Georgia.
*También como mejor actor de comedia.

(1ª nominación)

El más joven de los cinco y el que tiene la trayectoria más corta hasta la fecha, pero el que llega en el puesto más destacado a uno de los premios más importantes de la gala. Como todo actor inglés que se precie, tiene sus orígenes en el teatro, aunque hayan sido la televisión y el cine los que le hayan dado más reconocimiento a nivel mundial. Su debut en la gran pantalla fue en 2006 con Mente criminal, thriller judicial protagonizado por Toni Collette donde interpretaba a un joven acusado de asesinar a un compañero de clase. Ese mismo año participó en un papel pequeño pero importante en una película de más repercusión como El Buen pastor, dirigida por Robert De Niro, en la que su padre era Matt Damon, apenas 12 años mayor. Un año después interpretaba al hijo esquizofrénico de Julianne Moore en Savage Grace, cinta de escasa popularidad, pero que vista hoy en día resulta curiosa porque ambos puedan terminar la noche del día 22 con una estatuilla debajo del brazo.

Paso a paso su carrera ha ido aumentando en cantidad y calidad. En 2010 fue uno de los personajes destacados en la adaptación televisiva del best seller Los pilares de la tierra, en cuya producción participaron Ridley y Tony Scott. Al alternar sus apariciones en cine con el teatro, desde entonces apenas se ha dejado ver en un par de películas, pero han tenido tan buena acogida que su paso por distintas entregas de premios le han terminado de convertir en un rostro familiar (su nombre igual no es tan fácil de retener), aunque las nominaciones hayan sido para otros. En Mi semana con Marilyn, cinta que recreaba el rodaje de El príncipe y la corista en Inglaterra, interpretaba al ayudante de producción que sirvió (según él) de apoyo emocional a la mismísima Marilyn Monroe tras sus continuos desencuentros con el director Laurence Olivier. Al año siguiente le vimos cantar y actuar en la adaptación de Los miserables, en un reparto donde Hugh Jackman fue nominado y Anne Hathaway, incluso, premiada por sus interpretaciones. Con su vozarrón, a nadie le hubiera sorprendido que Eddie se hubiera sumado a esos reconocimientos.

Pero la película en la que ha terminado de sorprender con su actuación ha sido La teoría del todo, metiéndose en la piel (o casi habría que decir en la carne) del conocido científico Stephen Hawking, una de las mentes vivas más privilegiadas de este siglo, responsable de enormes avances en el campo de la astrofísica, que sufrió en su juventud una enfermedad degenerativa que paulatinamente le fue privando del control de su propio cuerpo. Una interpretación que incluye una evolución corporal y gestual del personaje realmente llamativa que vemos avanzar con el desarrollo de la película. Con el extra de dificultad de que el film no se rodó cronológicamente, así que Eddie tuvo que hacer una tabla con los distintos grados de discapacidad que tenía que aparentar cada día.

A FAVOR: El sindicato de actores y la academia británica le han puesto en primera línea para suceder a Matthew McConaughey como mejor actor del año. Su parecido físico con el verdadero Hawking es espectacular y poca ayuda se la debe al maquillaje. Lejos de ser una imitación al uso, en su caso habría que hablar de metamorfosis gradual. Los papeles con discapacidad y los personajes reales son verdaderas debilidades de la Academia.
EN CONTRA: Puede ser la noche de Birdman y hacer que los votos se decanten por Keaton, bien situado en la carrera y una opción a tener en cuenta. Si finalmente se diera el caso, la sorpresa sería solo relativa.

Ganador: SAG, BAFTA, Globo de Oro (drama), Nueva York Online.
Finalista: Critics' Choice, Satellite, Chicago, Dallas, Southeastern, San Francisco, Washington, St. Louis, Ohio, Florida, Londres*, San Diego, Iowa, Detroit, Phoenix, Houston, Denver, Georgia, North Carolina.
 *También como mejor actor británico.
                  

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